Por si te dan ganas de comer después de ver EL Chavo del 8

Xalapa es un restauran de comida mexicana ubicado entre las calles El Salvador y Gurruchaga en Palermo Viejo. Su comida no representa los sabores más puros de México pero ofrece estos mismos ingredientes adaptados al gusto local, con buena calidad y porciones para compartir.


Un ambiente colorido y extremadamente ruidoso (sobre todo los sábados) es el que pueden encontrarse los comensales si llegan al lugar sin reserva previa; una situación de espera que puede ser amenizada con algún trago especial como un margarita.


Los clásicos no suelen faltar: frescas y deliciosas enchiladas, guacamole, tacos, fajitas y burritos son parte del menú. Para los que no conocen estos nombres, el burrito es una tortilla de trigo con carne o pollo, y las enchiladas una cazuela con tortilla de pollo y salsa bañada en queso. Otros platos del lugar: Pollo con mole, carne tampiqueña, bistec de lomo con Guaca y frijoles, queso con chorizo, tacos de pollo, chiles rellenos con pollo y queso, carne de res en queso fundido.

Las opiniones de los comensales varían de acuerdo al día. La mayoría recomienda ir de lunes a jueves, “cuando hay menos gente y atienden mejor”. Durante el fin de semana, la extrema moda colectiva de ir a cenar a Palermo lo convierte en un lugar que no da abasto con sus clientes y que pueden llegar a servir los platos fríos o recalentados, sin contar la falta de espacio y el extremo bullicio.

Un truco y pedimos la cuenta

En Tazz Bar vas a encontrar algo más que baile, cena y tragos. Vas a encontrar juegos. Podés elegir entre Bowling, Pool, cartas, Dardos Y Metegol.

Tazz es uno de los lugares dónde los jóvenes deciden pasar noches junto a los amigos. Allí, los juegos vienen después del postre y antes del baile. Los chicos eligen alguno que les guste y piden tragos. La gente que llegó para comer espera que se arme el clima de baile. Mientras tanto, se divierten entre amigos con el truco o el metegol.

Ramiro (24) y sus amigos, por ejemplo, todos los sábados del último mes participaron de un torneo de Pool que ellos mismos organizaron. A la pareja ganadora se los invitó con una noche de comidas y tragos gratis.

Lo novedoso de Tazz es que mientras uno charla con amigos, puede jugar al metegol, a las cartas, al pool, a los dardos o algún juego de mesa. Osea, nadie se aburre porque siempre hay algo para hacer. Es una buena idea para festejar un cumpleaños bien dinámico. Claro, después de los juegos el lugar se convierte en un boliche como cualquier otro.

Tazz Soho

El sitio es grande. Tiene el aspecto de un inmenso galpón, repleto de mesas grandes para no menos de cinco personas. Da la sensación de un recreo universitario. En el segundo piso, subiendo por una escalera de metal, hay una pista de baile con dos enormes bolas de boliche, luces de colores y música a fondo (rock y bailable).

En lo que refiere a la comida, están los platos clásicos como milanesa con pure, hamburguesa y pizza, que son abundantes en cantidad y tienen un precio accesible. Además, el servicio de After Office –que se reserva con anticipación- ofrece una carta más exclusiva, con Bastones de Muzzarela, Tequeños de queso con salsas y Brochette Capresse, entre otros. En cuanto a la barra, se ofrece cerveza tirada hasta los tragos clásicos, como Daiquiris, Fernet y licores.

Para más información entrá a la la página de tazz que es: http://www.tazzbars.com/. Recomendado.
Matías Luque

Campeones, no sólo de fútbol

El club Glorias de Tigre es muy conocido en la zona por el nivel de sus jugadores de fútbol sala y sus buenas actuaciones en los torneos de AFA. Sin embargo, también posee un restorán que no puede dejar de ser visitado por aquellos que disfrutan de la comida simple y tradicional, pero bien preparada.


Según sus mozos, “es el restorán elegido por la gente del barrio”, y no parece ser mentira, ya que todas las noches, a partir de las 20, resulta casi imposible conseguir mesa.

Las opciones del menú son las típicas, pero no por eso menos atractivas. Los cortes a la parrilla tienen un nivel que muchos restoranes paquetes de Puero Madero envidiarían, especialmente la entraña, el plato económico más sabroso del lugar. Las pastas abundantes y con salsas gustosas a elección salen con rapidez y se puede aprovechar los jueves que preparan especialmente ravioles caseros de verdura. Por si esto fuera poco, ofrecen pescados a la parrilla y rabas para acompañar cualquier comida.

El ambiente es ameno y la atención cordial y amistosa a la vez. Un gran ventanal da a la cancha de fútbol, por lo que, si se coincide, se pueden ver los entrenamientos del equipo mientras se disfruta de la cena. Este detalle lo hace no apto para quienes exigen completo silencio a la hora de las comidas.

Glorias no quedó exento del aumento de precios y una cena completa con postre puede costar hoy cerca de $45 por persona.

Ubicado en Cazón al 1011, el acceso es muy simple, ya que se encuentra a pocas cuadras de la estación de tren Tigre:
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Pastas de primera mano

Lo primero que vi cuando llegué a La cantina de Don Chicho fue a Tita amasando lo que seguramente iba a comer en un rato. Y no fue porque entré a su cocina, haciendo uso de los beneficios que me da escribir en este blog, sino porque ella lo hace en el salón, a la vista de todos, sentada contra un ventanal que da a la calle.

El segundo impacto fue en el mostrador. Repleto de bandejas con berenjenas, lengua y calamares en escabeche, aceitunas negras, morrones fritos, porotos y garbanzos. Ricos y abundantes platitos para matar la ansiedad por probar las pastas.

Si esta típica cantina italiana quedara en Palermo Hollywood no sabría decir si las paredes están descascaradas por el tiempo o si es parte de la decoración que incluye fotos de Gardel, Troilo, Goyeneche, Pugliese, Maradona y varios pósters de Chacarita (Vicente Pace, el dueño junto a Tita, su mujer, es hincha del funebrero). Pero queda en Villa Ortúzar, en Plaza 1141. Y está hace más de cincuenta años.

Una elección importante

Mientras trataba de entender, o mejor dicho adivinar, de que hablaban los dos tanos con babero rojo de la mesa de al lado, llegaba la comida. Y acá está lo importante. Por más que digan que las albóndigas de ricota eran las favoritas de Sandrini y Tita Merelo, o por más que el menú te tiente con un chivito a la calabresa o provenzal con papas españolas, lo que no te podes perder son los fusilis al fierrito, que combinan a la perfección con la salsa bolognesa que también es excelente.

Los postres son los clásicos, ensalada de fruta, queso y dulce, helado, duraznos en almíbar y el recomendado flan casero mixto. A la hora de pagar no te va a caer pesado. Si la entrada, el plato y el postre los acompañaste con un tinto y soda, no vas a gastar más de $60.

Yankis come home

Desde hace tiempo ya, Kansas ha logrado convertirse en la primera opción porteña para degustar comida estadounidense. El restaurant trabaja sin reservas ya que posee tal demanda que le permite cubrir tres turno en una noche.

Con espacio para alrededor de 300 cubiertos, estacionamiento gratuito y una carta no muy extensa de especialidades de la casa, Kansas quizá es una de las mejores opciones para disfrutar un plato yankee y no perder el bolsillo en el intento.

La marca cuenta con tres locales: uno en Palermo, otro en San Isidro y el recientemente inaugurado en Pilar, sobre acceso norte a metros del Office Park. Todos los restaurantes siguen un patrón de normas que los hacen ptrácticamente idénticos, desde pequeños detalles como los baños o la disposición de las mesas.

COMIDA
La diva sin dudas del lugar es el plato de Houston Barbecue Ribs (el cual ronda los 55 pesos), un plato de costillas de vaca asadas y bañadas en salsa barbacoa, acompañado ya sea por papas fritas, papa rellena o ensalada de coleslaw.

Los platos son excesivamente abundantes y permiten descender de un gasto promedio por comensal de 80 pesos (incluyendo bebida, comida y postre), a un promedio de 50 pesos por comensal. Casi todos los platos pueden ser compartidos por dos personas de buen comer.

EL VIBRADOR
Cómo mencioné anteriormente, Kansas cuenta con tal flujo de gente, que los locales poseen una sala de espera en la que los futuros comensales se anotan en una lista de espera y a cambio se les entrega un biper que comenzará a vibrar en cuanto la mesa esté lista.