
Un ambiente colorido y extremadamente ruidoso (sobre todo los sábados) es el que pueden encontrarse los comensales si llegan al lugar sin reserva previa; una situación de espera que puede ser amenizada con algún trago especial como un margarita.

Los clásicos no suelen faltar: frescas y deliciosas enchiladas, guacamole, tacos, fajitas y burritos son parte del menú. Para los que no conocen estos nombres, el burrito es una tortilla de trigo con carne o pollo, y las enchiladas una cazuela con tortilla de pollo y salsa bañada en queso. Otros platos del lugar: Pollo con mole, carne tampiqueña, bistec de lomo con Guaca y frijoles, queso con chorizo, tacos de pollo, chiles rellenos con pollo y queso, carne de res en queso fundido.
Las opiniones de los comensales varían de acuerdo al día. La mayoría recomienda ir de lunes a jueves, “cuando hay menos gente y atienden mejor”. Durante el fin de semana, la extrema moda colectiva de ir a cenar a Palermo lo convierte en un lugar que no da abasto con sus clientes y que pueden llegar a servir los platos fríos o recalentados, sin contar la falta de espacio y el extremo bullicio.
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