La feria minorista del mercado central es uno de los principales caballitos de batalla del Gobierno para combatir la inflación. Desde fines del año pasado se incentiva a través de la pauta oficial, las oportunidades que poseen los pabellones ubicados en ezeiza, a metros de la autopista Ricchieri.
Entre el abuso de los supermercados y los precios elevados que posee la comida en la ciudad de Buenos Aires y el conglomerado urbano circundante, cada vez resulta más redituable ir a la feria minorista del mercado central para hacer las compras del mes.
Es que allí los precios resultan alrededor de un 50 por ciento más baratos que en supermercados y almácenes, como lo es el caso de la papa a 18 pesos los 25 kilos, la manzana a 3 pesos los dos kilos y las naranjas a un peso por kilo.
Por estas razones y más, el mercado central resulta una de las opciones más contundentes para preservar el poder adquisitivo de los consumidores que buscan productos precios razonables, sin la ostentación de marketing que implican las grandes cadenas monopólicas de supermercados del país.
Entre el abuso de los supermercados y los precios elevados que posee la comida en la ciudad de Buenos Aires y el conglomerado urbano circundante, cada vez resulta más redituable ir a la feria minorista del mercado central para hacer las compras del mes.
Es que allí los precios resultan alrededor de un 50 por ciento más baratos que en supermercados y almácenes, como lo es el caso de la papa a 18 pesos los 25 kilos, la manzana a 3 pesos los dos kilos y las naranjas a un peso por kilo.
Por estas razones y más, el mercado central resulta una de las opciones más contundentes para preservar el poder adquisitivo de los consumidores que buscan productos precios razonables, sin la ostentación de marketing que implican las grandes cadenas monopólicas de supermercados del país.
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